Esta Semana Santa, por muchos motivos, va a quedar muy grabada en el corazón de todos nosotros. Hasta el Miércoles Santo, el buen tiempo, la participación, la emoción, la juventud, llenó cada calle de nuestra provincia, por la que transcurrían las Cofradías. Pero a partir del Jueves Santo, el cielo se unió a la tristeza de la Señora, viendo a su Hijo morir, y llovió, lloró desconsolado, llenando de lágrimas el corazón y los ojos de tantas personas, que esperaban el momento de la estación de penitencia durante todo un año.
El Domingo de Ramos en Huétor Tajar, fué un día esplendido de sol, y muchas familias, niños y jóvenes, acompañaron a nuestro Cristo, en su entrada triunfal en Jerusalén, viviendo no solo la procesión, sino la celebración eucarística que nos introduce en los misterios de nuestra redención.
Gracias a todas las personas, que un año más, han hecho posible la salida del Cristo de la Salud, especialmente a nuestro Párroco, al cuerpo de costaleros, y a todo el pueblo de Huétor Tajar, y a todas sus Hermandades y Cofradías, que tanto trabajan y luchan en el año, por vivir más comprometidos con la Parroquia, y por ofrecer a sus Sagrados Titulares, lo mejor que pueden.
Aquí os dejamos con algunos momentos vividos en aquel día.
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